Meg Ryan nos enseña que hacer una reforma aumenta el valor de una vivienda… ¡¡sobretodo en el Soho neoyorquino!!
Meg Ryan, más conocida como Margaret Mary Emily Anne Hyra o la Ex-novia de América, ha puesto en venta el apartamento comprado a Hank Azaria (el de las voces de Los Simpson) en el año 2.014 por 8 millones de dólares (7,53 de euros), y lo ha hecho por un revalorizado precio de 10,9 millones de dólares (10,27 de euros). Esta diferencia de casi tres millones de dólares/euros se justifica por una profunda reforma de la vivienda y por el apellido de la propietaria (por supuesto).
La vivienda se ubica en la quinta planta del número 84 de Mercer Street, en el Soho neoyorquino, rodeado de las mejores tiendas de Manhattan, prueba de ello es que al otro lado del inmueble, en el 513 de Broadway, se encuentra una boutique de H&M. El complejo fue construido en 1.884 para DH Haight como tienda y lofts, aunque lo más destacable de su pasado es que substituyó al Hotel St. Nicolás, construido en 1.853 con el apelativo de ser el hotel más grande y lujoso del Mundo (en aquel tiempo), siendo, además, el primer edificio de Nueva York en costar un millón de dólares (otra vez, de la época).

En 1978 fue transformado por una cooperativa a uso residencial, convirtiéndose en el mayor edificio cooperativo del Soho con sus 19 residencias y sus 7 locales comerciales, distribuidos en seis plantas (planta baja más cinco altas). El edificio ostenta también una innegable elegancia nacida de su estilo, el Neo-románico, que muestra en su fachada principal sus imitaciones libres de columnas jónicas y corintias, de secciones circulares y cuadrangulares realizadas con hormigón armado (novedad en la época).

Cuenta Meg Ryan, a la revista Architectural Digest, que visitó por primera vez el loft hace 15 años durante una fiesta, cuando pertenecía a Cindy Sherman, quién lo vendió a Azaria en 4,63 millones de dólares en 2.005 (4,36 de euros), pasando a ser un inmueble “muy de Celebrities”, y eso que a pesar de carecer de portero, conserjería, terraza comunitaria o aparcamientos, sus gastos mensuales alcanzan los 6.147 dólares (5.790 euros).

Para reformar los 380 metros cuadrados del apartamento, la actriz y, recientemente, directora de cine (Ithaca, un film que no ha tenido mucho éxito, a pesar de tener como protagonista a Tom Hanks) contó con dos armas (no tan) secretas, el arquitecto Joel Barkley y la famosa diseñadora de interiores Monique Gibson. Aunque, todo hay que decirlo, Ryan ya tiene una amplia experiencia en reformas, dado que lo ha hecho con 9 viviendas, hasta su hijo de 24 años (Jack) le ha puesto un apodo: “El efecto Megan-ize”.

A la vivienda se llega desde un ascensor privado dando a un vestíbulo de 3,7 metros cuadrados que hace de distribuidor. De frente comunica a una galería de 12 metros de largo con un banco de madera de la misma longitud, donde puedes disfrutar de cinco ventanas hacia la calle Mercer. Al final de la galería uno de los tres dormitorios con acceso a un cuarto de baño que comparte con la sala de prensa, a la cual se accede desde el Salón de estar de 70 metros cuadrados, (el centro de la vivienda) que comunica también con la galería mediante puertas negras de estilo francés (garantizando la luminosidad del recinto.

El estilo clásico con el que la actriz de “Tienes un e-mail” ha querido impregnar toda la vivienda, se cuela hasta el segundo dormitorio, que comunica con el salón de estar (que presume de sus seis sencillas columnas dóricas) y la galería. Este, sin duda, debe ser el cuarto de las visitas ya que no posee ventanas y ni sus 14 metros cuadrados, ni su baño de uso exclusivo, te pueden hacer olvidar esto.

Viendo los planos de la antigua distribución y la nueva, se puede apreciar que las medidas que tomó una de las estrellas más importantes de Hollywood no han ido mal encaminadas. Eliminó el Gimnasio, sustituyéndolo por el dormitorio principal y anexándole un estupendo baño, con una bañera de la marca The Water Monopoly, tocadores de Urban Archaeology y lavamanos bajo encimera del mármol italiano de Grigio Carnico, rodeado todo de azulejos estilo subway (metro), esta combinación se repite en los otros dos baños.

La segunda medida fue la de transformar el antiguo dormitorio principal en comedor, añadiéndole una chimenea decorativa de mármol, varios espejos y armarios de poca profundidad (para ropa y cubertería). A este comedor se accede desde el salón de estar y desde la cocina, y sirve como estupendo colchón amortiguador para el merecido descanso de los propietarios (que, suponemos, utilizarán el dormitorio principal). Si debemos ponerle alguna falla a este planteamiento es que sólo una ventana da luz y ventilación a ambas habitaciones.

La tercera y mejor de las medidas ha sido la de ampliar la cocina, no debería existir un hogar donde la cocina quede relegada a un segundo o tercer plano, es, con diferencia, el cuarto más importante de una casa. Así, ha pasado de estar aislada entre un baño y el salón, a ser protagonista de accesos desde la caja de escaleras, el salón (esta vez sin puertas) y el comedor (mediante un pasillo con banco de madera bajo tres ventanas que dan al patio interior), ¡bravo! La cocina presume de mucho mármol blanco en estanterías y mostradores, electrodomésticos Viking, dos refrigeradores de acero inoxidable y un lavavajillas de la marca Bosch.

Como decíamos el estilo clásico se impone en el inmueble, en la sala de prensa cubriendo la pared de ladrillo de terracota con pintura blanca, en el pavimento de madera color caoba oscuro, con una mesa rústica de madera de grandes dimensiones en la cocina, con luminarias industriales en cualquier parte del hogar, con los baños en dos colores: blanco y negro (y los lavamanos de dos patas doradas), con puertas francesas oscuras dividiendo cada sección o con los enormes sofás del salón de estar salvaguardados por las elegantes columnas. Todo al gusto de la actriz.

Ryan confiesa a Architectural Digest de su afición a las reformas: «Sé que parece una locura a la mayoría de la gente, la idea de renovar muchas casas, pero me encanta la renovación. Creo que está ligado a vivir la vida del actor. Como actor, pocas veces tienes el control, siempre estás diciendo palabras que otra persona te ha dado, de pie en una habitación que alguien más ha diseñado, para crear una realidad que otra persona quiere ver. Pero con la decoración controlo yo; es una oportunidad para mí de llevar mi visión al mundo».

Pues nada, desde The Luxonomist, animamos a nuestros lectores que sigan el ejemplo de la actriz: reformar nuestro hogar tiene efectos beneficiosos en nuestra psique (¿le preguntamos a Ana Villarrubia al respecto?), y, no menos importante, realza el valor de nuestros inmuebles, dándoles una salida mercantil mucho más digna y provechosa.