Sale a la venta la casa Bioscleave en East Hampton, la casa más incómoda y divertida que te puedas imaginar.
Se empeñó mucho en ir a visitar la famosa casa, ¿qué iba a hacer más que complacerla? ¿Tenía otra opción? A pesar de no gustarle nada la idea de mudarse tan lejos, le había dado tanto… que no era posible poner alguna excusa, aun cuando la entendiera y no protestara, debía acompañarla en ese viaje, a admirar La casa Bioscleave en East Hampton, que acababa de salir a la venta 2,5 millones de dólares (2,16 de euros).
Julia miró a Marta de reojo, iban sentadas en la parte trasera del vehículo de Larry y Sean, dos amistades que se habían ofrecido a llevarlas hasta la vivienda. La miró con admiración y recelo, sin ella no hubiera podido pasar la frontera ilegalmente hacía ya treinta años, sin ella no hubiera podido trasladarse de Estado en Estado a lo largo de Norteamérica hasta llegar a Long Island, hace cinco años, donde establecieron su residencia. Casi al mismo tiempo de su llegada había encontrado trabajo muy cerca de su casa, en el Atlantic Coast Veterinary Specialists.
Según Marta, la Bioscleave House, o «Lifespan Extending Villa», la diseñaron dos artistas vanguardistas llamados Madeline Gins y Shusaku Arakawa, cuyo empeño era mejorar la vida de las personas mientras la alargaban lo más posible, ambos han fallecido, la primera en 2.014 y el segundo en 2.010, fueron cofundadores de Reversible Destiny Foundation, una organización dedicada al uso de la arquitectura para extender la vida humana, no por nada Shusaku era arquitecto y Madeline filósofa. Aún recordaba su exposición en el maravilloso Guggenheim: Architectural Body.
Frente al inmueble, se acordó de algo que leyó en un artículo: “la casa es la única que diseñaron y construyeron para probar 50 años de investigación a través de este laboratorio experimental y provocativo”, desde luego, provocativa si era, sus vistosos colores exteriores, aplicados con cierta alegría, no dejaron impertérrita a Julia, que, aún cansada del viaje, no pudo despegar los ojos de la alegre fachada.
La persona que les esperaba les explicó algunas cosas, como que la casa en realidad son dos, interconectadas, abarcando una superficie total de 255 metros cuadrados. Se distribuye en cuatro dormitorios, dos baños y un aseo. Aunque el edificio en el que se encuentra la casa fue diseñado en 1.960 por el arquitecto Carl Koch, un visionario en lo que a casas prefabricadas se refiere, creador del Sistema Techbuilt, la actual distribución y morfología es producto de la visión de Gins y Arakawa y de la reforma que llevaron a cabo en el año 1.999.
La casa pertenecía a Angela Gallman, coleccionista de arte italiana, que encargó a Madeleine y Shusaku el diseño de la vivienda, estaba claro que con muy buen ojo. Más tarde, en el año 2.007, la sociedad de responsabilidad limitada Professors Group LLC, compró la casa por 1,25 millones de dólares (1,08 de euros), “así que el valor se ha duplicado en once años ¿eh?” pensó Julia con cierta ironía, sabía que los precios de mercado siempre dependen de quien compra y, rara vez, de quien vende.
Pero… ¿Cómo pretendían los creadores de la casa que esta ayudara a aumentar la esperanza de vida de sus usuarios? Pues, según el guía, la casa estimula los sentidos mediante elementos arquitectónicos y sus características, así, la principal cualidad es lo inesperado, colores, paredes, ventanas, pavimentos, incluso interruptores de luz no siguen los cánones clásicos a los que estamos acostumbrados. La idea es que la sorpresa continua y las nuevas experiencias nos estimulen para dejar atrás los viejos hábitos, promoviendo la salud y la longevidad, se piensa que viviendo de esta forma el sistema inmunológico se fortalecerá.
Este es el primer trabajo de “Arquitectura de Procedimiento” construido en Estados Unidos, una vivienda unifamiliar con una cocina hundida en el centro del inmueble y un comedor rodeado de pisos empinados y desiguales hasta la sala de estar y las habitaciones. La vivienda está adosada a una casa preexistente, a la que se accede mediante un pasillo. Un sótano en forma de laberinto lleva a la cocina desde las dos puertas principales, para no aburrirse, también se ubican en laderas ascendentes y abruptas.
El edificio es simétrico, con cuatro salas separadas y abiertas dirigidas hacia el centro, estas salas son dos dormitorios, un baño y un estudio. Julia estaba absorta mirando las brillantes paredes interiores pintadas con tonos vibrantes contrastando con las paredes opacas de la sala de estar, “no me puedo creer que alguien pueda vivir aquí”, el concepto de vivienda de la protagonista de este post tiene el mismo concepto de comodidad y/o confort que tenemos la mayoría: cuanto menos esfuerzo mejor.
Marta le explicó que Arakawa y Gins, en su libro Architectural Body, habían introducido por primera vez el término «bioscleave«, un término que refleja las intenciones de su arquitectura, que sus paramentos (terreno y paredes) se construyen de forma inesperada para mantener a una persona «alerta», de modo que deben negociar activamente incluso las tareas más simples. El reto de los sentidos, según ellos creían, permite que el cuerpo se reconfigure constantemente y con el tiempo se convierta en un medio para fortalecer el sistema inmunológico.
A Julia no le convenció el asunto y culminó: “Marta, esta no deja de ser la casa más incómoda que haya visitado jamás, pero si tú quieres que nos quedemos aquí, aquí nos quedamos, eso sí, el 65 por ciento de las tareas las realizarás tú”. Marta rio la ocurrencia y tranquilizó a su hermana, había disfrutado de la visita pero no consideraba la idea de trasladarse a un sitio como aquel, aun cuando entendía que la actividad diaria, tanto mental como física contribuye al bienestar general, así que, tampoco descartaba residir en el futuro en un lugar así.